El miércoles 14 de noviembre asistí a la III Jornada Profesional de Bibliotecas Jurídicas de Madrid a cargo de la Biblioteca Técnica del Ayuntamiento de Madrid. La Biblioteca Técnica es un centro de apoyo al estudio y la investigación que tiene como misión facilitar al personal del Ayuntamiento e investigadores el asesoramiento y acceso a información jurídica y técnica relacionada con el gobierno y administración municipal.
En primer lugar, me gustaría agradecerle a esta Institución la labor que hicieron y felicitarles por el éxito de la Jornada. Aunque el objetivo de las mismas se fundamenta en el debate e intercambio de situaciones vividas por las bibliotecas de las distintas administraciones públicas de manera abierta y distendida, en esta ocasión como en las anteriores, participamos profesionales del sector privado.
Desde mi punto de vista fue importante el hecho de darme cuenta de que aunque nos diferencie el sector matriz que nos engloba (público o privado), tenemos los mismos problemas y podemos aplicar las mismas soluciones o similares; a pesar de que en el intercambio de información, el sector privado puede parecer sesgado ya que existe competitividad entre nosotros.
En esta edición de las Jornadas se analizaron los Sistemas Integrados de Gestión Bibliotecaria (SIGB). La ponencia fue llevada a cabo por la bibliotecaria de la Biblioteca del Ministerio de Hacienda, que expuso cómo llevó a cabo la migración del software de gestión. Nos explicó la selección del nuevo proveedor, las ventajas de la actualización del software y los problemas de comunicación que tuvo durante todo el proceso, así como sus distintas soluciones.
Otros colegas comentaron sus experiencias generando un debate enriquecedor sobre el tema que finalizó con las participaciones de los representantes de Baratz y Masmedios (empresas tecnológicas especializadas en softwares para bibliotecas), que dieron sus puntos de vista sobre la selección de los SIGB.
Por último, la representante de Odilo nos informó de las nuevas posibilidades que nos ofrece la biblioteca digital, aunque aquellos que trabajamos en bibliotecas jurídicas sabemos que algunas editoriales no gustan de intermediarios para confeccionar este servicio.
A modo de conclusión, las Jornadas de Bibliotecas Jurídicas son un escenario perfecto para conocer bibliotecarios especializados en la materia, hablar de problemas y soluciones que nos afectan al desarrollo de nuestra vida profesional y anunciar nuevos proyectos.
Creo que el éxito de las mismas reside en el carácter desenfadado, cercano a una mesa redonda, donde cualquiera de los asistentes puede opinar sobre el tema planteado antes de llegar al turno de preguntas.
Otro aspecto a destacar es su visión de los problemas en positivo, ya que todos tenemos obstáculos presupuestarios o jerárquicos que tenemos que salvar para proponer nuestros proyectos innovadores.
En próximas ediciones espero que se pueda crear un marco de colaboración entre instituciones públicas y privadas que nos lleve a elaborar proyectos inclusivos comunes; lo cual ayudaría a ser unas jornadas más conocidas.