El viernes abrió sus puertas la 78ª edición de la Feria del Libro de Madrid en el parque de El Retiro, organizada por la Asociación de Librerías de Madrid y la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE).
Un acto, organizado por libreros, que se inauguró por primera vez el 25 de abril de 1933 en el paseo de Recoletos como parte de la «Semana Cervantina» (Ahora: diario gráfico, Nº 737, 25 de abril de 1933, pág. 19).
Su celebración se paralizó durante la Guerra civil hasta 1944, cuando el Instituto Nacional del Libro se encargó de su organización y la tituló «Feria Nacional del Libro» (Boletín Oficial del Estado, Nº 118, 27 de abril de 1944). Tras varios emplazamientos fuera y dentro de Madrid, se trasladó a su ubicación actual en 1967 (ABC, 20 de mayo de 1967, pág. 21).
Finalmente, en 1982, los libreros recuperaron su organización y la Feria restituyó su nombre original (ABC, 28 de mayo de 1982, pág, 8).
Después de esta breve reseña histórica sobre la Feria del Libro de Madrid, creo que es necesario hacer un paréntesis para llamar vuestra atención sobre la situación de las librerías especializadas.
En los últimos años he ido leyendo con cierta desazón el cierre de este tipo de librerías. La última, en este mes de enero, la Librería Nicolás Moya (calle Carretas en Madrid), un negocio centenario especializado en medicina, confirmó que cerraría este año.
En el ámbito jurídico fue sonada la reestructuración que realizó Thomson Reuters (Aranzadi), que acabó con el cierre de la Librería Civitas (calle Don Ramón de la Cruz en Madrid) a principios de 2016. Este espacio, que acababa de celebrar su 25º aniversario, era muy valorado por ser un punto de reunión entre los proveedores de la editorial, los bibliotecarios/documentalistas jurídicos y los clientes.
Este tipo de librerías son esenciales para el aprendizaje de los estudiantes de Derecho y el desarrollo profesional de juristas y bibliotecarios/documentalistas jurídicos. El personal de estos negocios no solo se dedica a vender libros, entre sus competencias se encuentran:
- Elaborar boletines de novedades jurídicas recopilando información de todas las editoriales.
- Alertar personalmente a sus clientes habituales (instituciones públicas y despachos de abogados) de las novedades que pueden ser de su interés.
- Localizar libros antiguos o descatalogados solicitados por sus clientes ad hoc.
- Aconsejar qué libro conviene a un cliente según sus necesidades, guiándose por el prestigio de los autores.
- Organizar presentaciones de nuevas obras para darlas a conocer entre sus clientes.
El ebook jurídico todavía no ha sido asimilado por los usuarios, pero es el futuro. La supervivencia de estas librerías especializadas recae en su adaptación al ámbito tecnológico y conseguir que las editoriales les permitan participar en las ventas/suscripciones en sus plataformas privadas (Proview, Smarteca, Nube de lectura, etc.)
Por si nos las conocéis os enuncio las librerías jurídicas más populares en Madrid:
- Librería Jurídica Lex Nova (https://www.librerialexnova.com)
- Marcial Pons Librero (https://www.marcialpons.es)
- Dykinson (https://www.dykinson.com)
- Ammon-Rá Librería / Edisofer (https://www.edisofer.com)
- Librería Jiménez (http://www.libreriajimenez.com)
- Barcelona – Librería La Jurídica (http://www.lajuridica.es)
- Barcelona – Atelier Libros (https://www.atelierlibros.es)
- Valencia – Librería Tirant Lo Blanch (https://www.tirant.com/libreria)
- Sevilla – La Libería Hispalex (http://www.hispalex.com)
- Bilbao – Gomila Librería Jurídica (https://www.gomila-lj.es)
- Bilbao – Disjurex (https://www.disjurex.es)