Jornada de Bibliotecas Jurídicas: introducción a la inteligencia artificial

4JornadasbibliotecasjurídicasEl jueves 14 de noviembre asistí a la IV Jornada Profesional de Bibliotecas Jurídicas de Madrid a cargo de la Biblioteca Técnica del Ayuntamiento de Madrid.

En esta edición, la temática versó sobre la inteligencia artificial, una materia que ha despertado mucho interés en el mundo jurídico. Sin embargo, he comprobado que no todo el sector distingue entre nuevas tecnologías e inteligencia artificial. La inteligencia artificial es la disciplina que estudia la creación de programas informáticos que ejecuten operaciones comparables con aquellas que realiza una mente humana.

La ponencia de Silvia Cobo (Jefa de Sección Biblioteca MAN) se centró en el concepto «smart library«. Una biblioteca equipada con tecnología RFID (transmisión de la identidad de un ente mediante radiofrecuencia) que permite atender al usuario sin necesidad de personal presencial ni horarios establecidos. Todas la funcionalidades disponibles solo con el uso del carné. El condado de Leicester (Reino Unido) presentó el año pasado un proyecto basado en este concepto (ver vídeo).

¿Sería aplicable este sistema a las bibliotecas jurídicas? Claro que sí, de hecho ya es una realidad en el sector privado. Todo usuario puede consultar y prestarse libros de la biblioteca sin necesidad de personal. Sin embargo, el bibliotecario debe realizar un esfuerzo adicional para que sus usuarios conozcan las instalaciones, y formarles en el manejo del fondo bibliográfico y uso del self-issue machine (máquina de autopréstamo).

Otra ponencia que me llamó la atención fue la aplicación del procesamiento del lenguaje natural (PLN) en el ámbito jurídico que presentó Marta Guerrero (Coordinadora del Instituto de Ingeniería del Conocimiento). Esta tecnología que puede sonar novísima, se estudiaba en la Licenciatura de Documentación hace más de una década, de hecho, en su época hice un trabajo sobre ello basado en los programas de reconocimiento de voz desarrollados por la ONCE. Este tipo de software ha evolucionado  mucho proporcionando unos resultados favorables para su utilización en la transcripción de juicios. También se comentó que a su vez, el empleo de esta tecnología desemboca en el análisis predictivo, chatbots, anonimizadores, etc.

Todo ello me hizo recordar un artículo de El Heraldo que leí esta semana «Inteligencia artificial para analizar sentencias«. Un proyecto colaborativo entre la Universidad de Zaragoza (Unizar) y el Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova) que analiza sentencias para conocer la frecuencia con que aparece cada argumento y en qué sentido se aplica. Los documentalistas jurídicos tendremos que estar muy atentos para ver cómo se desarrolla este proyecto, ya que podría convertirse en una herramienta fundamental para nuestros usuarios. No obstante, en un futuro post estudiaré la usabilidad de estos programas.

En consecuencia, la Jornada derivó a la privacidad y la protección de datos. José Luis Piñar (Catedrático de Derecho administrativo) analizó la identidad digital y los efectos de usar nuestros datos en la red. Comenzó exponiendo el concepto de «alienación del usuario» basado en acceso a sus búsquedas, permitiendo al software conocer sus aficiones y predecir sus necesidades por medio del análisis de datos; y finalizó diciendo que es muy difícil luchar contra el etiquetado de nuestra identidad digital.

He de destacar que me gustó la intervención de Gerardo Bustos (Subdirector del Ministerio de Hacienda), que manifestó que la gestión de la documentación electrónica en la Administración Pública no se está llevando correctamente, y que posiblemente el investigador que esté interesado en localizar información de los últimos veinte años se encontrará con dificultades. Además afirmó que «un simple pdf no es un documento electrónico sino una fotocopia digital«, hecho con el que estoy completamente de acuerdo.

A modo de conclusión, la Jornada de Bibliotecas Jurídicas ha vuelto a ser un escenario perfecto para conocer bibliotecarios especializados en la materia, hablar de problemas y soluciones que nos afectan al desarrollo de nuestra vida profesional y anunciar nuevos proyectos. En esta ocasión, desde mi punto de vista, el tema de la inteligencia artificial era excesivamente complejo para ser analizado en cinco horas por lo que todas las visiones fueron teóricas; creo que faltó aplicabilidad en el marco de la biblioteca jurídica.

Por último comentar que todos los bibliotecarios y documentalistas jurídicos debemos estar de enhorabuena, la Jornada crece en número de asistentes. Su difusión está funcionando, ese esfuerzo junto con el organizativo se lo debemos a la Biblioteca Técnica. ¡Muchas gracias!

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