En relación con el post anterior sobre la evolución de nuestra profesión, y barriendo para casa, ¿cómo se encuentra la profesión de bibliotecario/documentalista jurídico?
A nivel nacional, el año pasado las estudiantes Alba Vázquez Husillo y Núria Vila Nogué del Grado de Gestión de Información y Documentación Digital (GGIDD) de la Universitat de Barcelona (UB) publicaron el trabajo «Situació actual dels professionals de la informació a l’àmbit jurídic d’Espanya«, que analiza los resultados de un estudio sobre el profesional de la información en los despachos de abogados españoles.
Según las autoras, nunca se había realizado un estudio similar, y aunque el espectro analizado no es muy representativo, pues solo participaron veintiséis voluntarios, se extraen conclusiones bastante interesantes:
- Existen departamentos de documentación (indistintamente su título formal) en el 85% de los despachos consultados.
- Más de la mitad de dichos departamentos están formados por un máximo de cuatro trabajadores.
- Todos los trabajadores son titulados universitarios, de los cuales el 70% tienen una carrera relacionada con la Documentación. Creo que la pregunta no estuvo bien planteada para reflejar la realidad actual de los departamentos de gestión del conocimiento, porque da a entender que solo estamos conformados por personal bibliotecario/documentalista, omitiendo la figura del professional support lawyer (PSL) o paralegal, titulados en Derecho que han dejado de ejercer la abogacía de cara al cliente y cuya función principal es el asesoramiento jurídico a los propios abogados. Estos profesionales provienen del concepto anglosajón de despacho de abogados, que en los últimos años se han ido incorporando a nuestros departamentos para colaborar con nosotros.
- La mayoría de los trabajadores en estos departamentos tiene más de diez años de experiencia. Esto refleja lo compleja que es nuestra profesión, pues un buen asesoramiento implica un conocimiento profundo de las fuentes de información jurídicas y estar al día de la actualidad legal. Las titulaciones relacionadas con la Documentación incluyen escasas asignaturas relacionadas con Derecho, y no existe ningún máster de especialización, por lo que la experiencia es esencial.
- Las tareas comunes suelen ser, entre otras, la resolución de consultas jurídicas (entre el 84,6% y el 92,3%), la difusión de novedades jurídicas (80,8%), la formación de usuarios (69,2%), la catalogación (65,4%), la promoción de la biblioteca (65,4%), la búsqueda de información comercial y de mercado (61,5%), y la gestión de intranets o extranets (61,5%).
- Nuestros departamentos están bien valorados dentro de nuestros despachos con una media de 7’85, lo que explica que casi un 40% de dichos departamentos tienen la intención de crecer a corto/medio plazo.
- Los comentarios reseñables que añadieron los voluntarios versaron sobre la importancia del cambio que se está produciendo en el ámbito jurídico con las nuevas tecnologías (legaltech) y la propia gestión documental de la empresa.
Felicito a ambas autoras por su valentía al elegir la documentación jurídica para elaborar su trabajo. Somos un colectivo bastante desconocido, y este tipo de estudios nos da a conocer. Espero que en un futuro haya otro trabajo de carácter comparativo. Porque… ¿somos una de las profesiones que sobrevivirán en la Revolución Digital?
En los últimos meses se han estado publicando artículos sobre los trabajos del futuro, y… ¡qué sorpresa! Nuestra profesión no está entre ellas. Sinceramente creo que nuestro trabajo tiene futuro, pero al igual que el resto de oficios, debemos evolucionar para adaptarnos a los cambios.
En este último año los grandes despachos han comenzado a desarrollar proyectos en materia de legaltech. Nosotros también tenemos que dar pasos en ese sentido: las nuevas tecnologías. Jordan Furlong (analista de mercado) señala en su artículo «Law librarians & the future of law firms» que los bibliotecarios/documentalistas jurídicos debemos convertirnos en analistas de información comercial (client intelligence), analistas de datos legales (data analytics), y colaboradores en la gestión documental (embedded firm knowledge). Otros, como Robert Ambrogi (abogado y periodista) afirma en su artículo «New report underscores the evolving role of law librarians» que, según el informe «AALL state of the profession» (2019), nuestras actividades están reconduciéndose, entre otras, a la evaluación de recursos, la inteligencia competitiva y la gestión de proveedores. Todo ello como consecuencia del desarrollo de productos tecnológicos en el ámbito legal.
Aunque esto esté ocurriendo en las firmas anglosajonas, acabará implementándose en nuestro país. Tenemos que empezar a actualizarnos, por ejemplo, el año pasado la American Library Association (ALA) publicó el libro «Law Librarianship in the Age of AI«. ¡Tengo muchas ganas de leerlo!
Hola Fernando,
la verdad es que cuanto más tiempo trabajo en este campo, más importante me parece la labor del documentalista jurídico.
Nuestro nombre cambiará y seguramente el trabajo que hacemos no se parecerá a nada de lo que hacemos ahora mismo, pero la gestión de la información y del conocimiento, tan importante en el mundo legal, necesita de nuestra aportación.