
Ayer, 24 de octubre se celebró el «Día de las Bibliotecas» en España bajo el lema «Bibliotecas, siempre a tu lado«, centrado en destacar el importante papel que juegan las bibliotecas ofreciendo acceso al conocimiento, el aprendizaje y el entretenimiento en cualquier lugar y circunstancia. La celebración estuvo impulsada por La Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria (Ministerio de Cultura y Deporte).
El concepto, del que mis compañeras y yo hacemos partícipes a nuestros usuarios desde hace un par de años, nos ha servido en esta edición para poner en valor el Departamento de gestión del conocimiento, que sufre sobrecarga de trabajo como consecuencia de la pandemia desde que ésta se declaró en marzo.
Siempre hemos estado cerca de nuestros usuarios, fomentando la formación y facilitándoles todas las herramientas para que se volvieran lo más autosuficientes posible. Sin embargo, durante estos meses hemos estrechado los lazos más aun, porque, entre otras tareas, les hemos ayudado a focalizarse debido a la infoxicación jurídica, contrastar noticias y rumores (fake news), encontrar lo inlocalizable, etc. sin dejar de lado nuestras tareas rutinarias.
Sinceramente, estoy muy orgulloso de cómo estamos afrontado este reto; y por lo que hablo con otros colegas y veo en los medios, este sentimiento se puede extrapolar a todo el mundo bibliotecario. ¡Enhorabuena a todos!
Dejando a un lado las felicitaciones, esta semana me he estado preguntado ¿por qué se celebra nuestro día un 24 de octubre? Tras leer los post de Julián Marquina y Rodrigo Lastreto (Soybibliotecario), llegué a la conclusión que no hay un motivo específico. La iniciativa fue propuesta en 1997 por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil en colaboración con el Ministerio de Educación y Cultura.
Sin embargo, aunque el día fuera elegido al azar, la propia celebración tiene como objetivo conmemorar la destrucción de la Biblioteca Nacional y Universitaria de Bosnia y Herzegovina (conocida como Vijećnica) durante la noche del 25 de agosto de 1992. Este ataque al templo de la cultura bosnioherzegovina fue una de las consecuencias de la Guerra de los Balcanes (1991-2001), un conflicto armado derivado de las tensiones étnicas y religiosas de los miembros de la antigua Yugoslavia.
En la web del Vijećnica (actual Ayuntamiento de Sarajevo) podéis conocer el fondo bibliográfico que se perdió durante la contienda y la historia del propio edificio, que comenzó su reconstrucción en 1996 y se reinauguró en 2014:
Vijećnica (1896) Vijećnica (1992) Vijećnica (2014)

El fotográfo Mikhail Evstafiev plasmó la tristeza, desolación e incomprensión de la cultura en una famosa imagen «The Cellist of Sarajevo» en la que aparece el chelista bosnioherzegovino Vedran Smailović tocando entre las ruinas del Vijećnica.
Si queréis leer más información, las hemerotecas de El País y La Vanguardia contienen varios artículos sobre lo que ocurrió en el verano de 1992 y la reinauguración del nuevo edificio:
- Corcuera, A. (14 de mayo de 2014). El despertar de Sarajevo / Corcuera, Álvaro. El País.
- Juliana, E. (18 de mayo de 2014). El hombre que incendió la biblioteca de Sarajevo. La Vanguardia.
- Sahuquillo, M. R. (29 de junio de 2014). Música en el símbolo de Sarajevo. El País.
- Reif. L. (8 de noviembre de 2015). El optimismo eterno de Sarajevo / , Larsen. El País.
- Marchena, D. (16 de agosto de 2019). El bibliófilo que quemó dos millones de libros. La Vanguardia.
En definitiva, la conmemoración del trabajo de los bibliotecarios es importante para darnos a valorar. Somos los conservadores y difusores de la cultura. Si nuestro día sirve para no olvidar un atentado contra la misma, no importa que sea un día al azar.
#DíaDeLasBibliotecas #SiempreAtuLado